domingo, 14 de noviembre de 2021

¿Profesores holográficos para el curso que viene?

 Finalizado el primer trimestre del curso 2030-2031, me ha dado por reflexionar sobre el avance de la educación en la última década, y quién me iba a decir a mí que yo iba a vivir estos cambios… Recuerdo cuando comencé a dar clases, allá por el año 2018, en un colegio de la Comunidad de Madrid, que se supone que disponía, al igual que la mayoría de los centros educativos, de todos los recursos necesarios para llevar a acabo un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad, que permitía atender a todas las necesidades de los alumnos y que contaba con todos los profesionales requeridos a tiempo completo. Y ya no hablemos de lo maravilloso que era disponer de una pizarra digital para impartir las clases, consiguiendo de esta manera motivar y predisponer a los alumnos de cara al aprendizaje. 

Actualmente, todo eso se ha quedado ¨obsoleto¨, ahora en la educación es todo tecnológico, no existen libros de textos, ahora lo obligatorio es contar con una Tablet por alumno para trabajar y las experiencias de aprendizaje, las actividades, etc., se realizan a través de la realidad aumentada. Y, en cuanto a las clases, se pueden realizar tanto online como presencial, según lo soliciten los padres en la matricula del curso.

¿Y qué me decís de las sustituciones cuando falta un profesor? Jajajaja ahora se hace todo por hologramas, y nadie nota la ausencia de ningún profesor, porque se sigue impartiendo la materia como si estuviera físicamente el profesor en el aula.

Y con respecto a la atención a la diversidad de los alumnos, ya todos los centros cuentan con programas específicos que se ajustan automáticamente a las necesidades de los niños, pero claro, primero hay que introducir en los programas estas necesidades y este se configura creando actividades de refuerzo, medidas para su atención, recursos, etc.

Es increíble el avance que hemos hecho en este tiempo, y nosotros creyéndonos los ¨mejores¨ por aquel entonces en cuanto a educación.




Convivientes en el aula

 La convivencia dentro del aula es imprescindible para el buen desarrollo de los alumnos. Para conseguir una buena convivencia, es necesario que todos los alumnos conozcan las normas establecidas tanto en el aula como en el centro, así como que el profesor cree en todo momento un clima de seguridad y confianza en el mismo, sin olvidar los valores necesarios – respeto, tolerancia, empatía-.

Hoy en día, en nuestra sociedad, existen muchos tipos de discriminaciones que las podemos apreciar de manera directa o de manera indirecta, y al igual que nosotros, nuestros alumnos también lo ven así, llegando a extrapolarlo a la vida escolar, y más en edades tempranas. Desde el aula tenemos que conseguir que estos malos hábitos, discriminaciones, faltas de respetos, etc., acaben, ya que en el aula somos como una familia que se va a ayudar siempre que sea necesario, van a aprender unos de otros, y si siempre hay conflictos, discriminaciones… no conseguiremos esos valores que demandamos y mucho menos conseguiremos esa convivencia sana.

También es verdad que muchas veces se producen conflictos en el aula que el profesor los pasa por alto o no es consciente de que están sucediendo, por lo que en estos casos es muy complicado conseguir esa buena convivencia. La solución sería tener un buen protocolo centrando en dar respuesta a todos estos conflictos que puedan surgir.

Del mismo modo, en positivo que a lo largo del curso se realicen actividades en las que se trabaje el respeto, la empatía, la no discriminación, etc., con el fin de que poco a poco los alumnos vayan adquiriendo estos valores y los apliquen a su vida escolar y diaria, disminuyendo de esta manera los conflictos en clase. 




Conflictos en las aulas

 En el aula pueden surgir múltiples conflictos que pueden ser visibles o no, como puede ser el acoso escolar o el ciberbullying. Ambos tipos de conflictos se basan prácticamente en lo mismo, pero se da mediante medios distintos, uno de manera presencial y otro a través de las redes.

Para solucionar dichos conflictos, lo primero de todo es ser consciente de que en nuestra aula se está produciendo esto y, a partir de ahí, comenzar a actuar desde los tres niveles principales: a nivel de centro, a nivel de aula y a nivel del alumnado, sin olvidar la colaboración y participación de las familias.

En cuanto a nivel de centro, habrá que tener en cuenta el Plan de Convivencia recogido en la Programación General Anual del centro, así como el protocolo de actuación del que dispone, ya que con ello se conseguirá un adecuado ambiente de convivencia, así como identificar las acciones que están mal y sus correspondientes sanciones.

Además también se contará con la comisión de convivencia, a través de la cual se irá viendo y evaluando los problemas que han ido apareciendo en el trimestre, comprobando si la manera de solucionarlos ha sido la adecuada o es preciso llevar a cabo otras medidas de mejora.

El principal proceso que se llevará a cabo ante alguna situación de este estilo será: el director, tras saber que hay un posible caso de acoso y tras recoger información, avisará al servicio de inspección, se lo comunicará a las familias y realizará una valoración de la misma – a través de entrevistas al agresor, victima, observadores externos y familias-. Recogida toda la información se realizará un informe donde se encuentre la descripción de la situación y de comenzar a aplicar las medidas disciplinarias oportunas.

Si la situación empeora y va más allá de los que puede abarcar el centro, se solicitará ayuda externa como Guardia Civil, Servicios Sociales, Fiscalía de Menores, etc.

A nivel de aula, lo primero a tener en cuenta que nosotros, como profesores-tutores tenemos una serie de deberes y funciones a cumplir como respetar y hacer respetar las normas de convivencia, colaborar en la prevención, detección, intervención y resolución de conductas contrarias a la convivencia, etc.

En este nivel se tendrán en cuenta las normas de clase, las cuales siempre irán en positivo, se introducirán actividades donde se trabaje la tolerancia, la empatía, el respeto, la no discriminación, el aprendizaje cooperativo, la inteligencia emocional, las habilidades sociales, etc. Y, a su vez, se realizarán charlas, se contará con el Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad Escolar, donde participarán profesiones del ámbito del acoso y ciberacoso, se realizarán dilemas morales, entre otros.

A nivel del alumno, tenemos que tener en cuenta quién es o son las víctimas y quién es o son los acosadores. Identificados esos roles, algunas de las actuaciones que deberíamos llevar a cabo son:

1.       Actuaciones con la víctima:

-        Observación acompañada de un registro.

-        Alumno acompañante.

-        Favorecer la relación social dentro del aula.

-        Actividades interactivas para el desarrollo de la autoestima y autoconcepto.

2.       Actuaciones con el acosador:

-        Observación acompañada de un registro.

-        Efectuar un ¨moldeamiento¨ para conseguir actitudes positivas a través de refuerzos.

-        Realizar programas de modificación de conducta, desarrollo personal, etc.

-        Llevar a cabo un ¨contrato de conducta¨, donde se acuerden las conductas a mejorar.

Y, por último, en cuando a las familias, además de comunicarles la situación existente, se llevarán a cabo unas medidas de actuación tales como:

-        Contar con las familias y solicitar su participación, en caso de ser necesaria.

-        Hacer sentir a los padres que están respaldados.

-        Realizar reuniones individuales.

-        Ofrecer pautas que ayuden a afrontar la situación de su hijo.

-        Mantener informadas a las familias de los afectados de las medidas propuestas.

-        Orientas a las familias sobre la necesidad de apoyos externos para la superación del problema.




¿Cómo debe ser un buen tutor?

 Un buen tutor es aquel que lleva a cabo una buena acción tutorial, es decir, aquel que en colaboración con el resto de profesores y profesionales del centro garantizan el éxito de la educación y hacen que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea lo más efectivo posible, y siempre adaptándose a las necesidades y ritmos de aprendizaje de sus alumnos.

Un tutor ideal debe realizar un acompañamiento social, afectivo y cognitivo de alumno, atender a sus necesidades sociales, afectivas y cognitivas, establecer un clima de confianza y un ambiente óptimo en el aula, contribuir a la buena relación e interrelación entre los integrantes de la comunidad educativa, etc. Además, debe cumplir tanto con sus funciones como con sus deberes establecidos en la ley.

Del mismo modo, un buen tutor tiene que colaborar y coordinarse tanto con las familias, como con otros profesionales del centro o equipo docente, para conseguir un mayor desarrollo de los niños, ya que se detectan más fácilmente las dificultades, pudiendo hacer hincapié en ellas aplicando las medidas de actuación o prevención que mejor se ajusten a ellas.

Por último un tutor tiene que ser empático, tolerante, humilde, paciente, seguro de sí mismo, responsable, que se dedique a ello por vocación, que disfrute de su trabajo, que fomente la cooperación, que transmita confianza, que conozca a sus alumnos, etc., porque sin estas cualidades principales, ni alumnos ni profesor van a disfrutar del proceso tan bonito que es la educación. 





La práctica docente adecuada

 Una práctica docente adecuada es positiva para conseguir el máximo desarrollo de nuestros alumnos. Para mejorar esta práctica se pueden realizar diversas evaluaciones y autoevaluaciones tanto de la propia acción docente como del diseño de las propuestas/intervenciones llevadas a cabo en el aula. A través de estas evaluaciones y autoevaluaciones se pueden detectar dificultades o identificar ideas que mejoren nuestra futura práctica docente e intervenciones en el aula. 

Tal y como se precisa en el enunciado de la actividad, hay diversas formar de contribuir a la mejora de la práctica docente en cuanto al consenso de normas, motivación de los alumnos para participar y evaluar las competencias.

Comenzando con el consenso de normas, lo mejor es hacerlo de manera conjunta – alumnos y profesor- estableciendo entre todos las normas básicas de convivencia que han de seguir en el aula. Estas normas se definirán sin usar el término NO, evitando el efecto negativo y contrario a lo que buscamos, y se posicionarán en un lugar al que todos tengan acceso y puedan consultar las veces que necesiten las normas establecidas. De esta manera se genera un compromiso entre todos, consiguiendo que los alumnos se comporten decentemente y que el profesor tenga un mayor control en el aula y, por consiguiente, se vea beneficiada su práctica docente.

Con respecto a la motivación de los alumnos para su participación en el aula, el profesor tiene que conseguir emplear recursos llamativos y atrayentes, que consigan captar la atención de los alumnos, logrando, poco a poco, esa mayor emoción de cara al aprendizaje. Además, también es interesante que el profesor ajuste el contenido a los intereses y motivaciones de sus alumnos, que las actividades o experiencias con los alumnos estén basadas en su realidad más cercana, ya que de esta manera los alumnos mostraran más interés por conocer los contenidos y si además ven su utilidad en su vida diaria, lo adquirirían de una manera más sencilla y significativa.

Y, por último, en cuanto a cómo evaluar competencias, lo primero que tiene que tener en cuenta el profesor es qué la evaluación debe ser continua, sistemática y flexible y saber qué, cuándo y cómo evaluar. 

En lo que respecta a qué evaluar, el profesor tendrá que establecer un criterios de evaluación y unos estándares de aprendizaje que le sirvan de guía para llevar un control en la evolución y la adquisición de las competencias por parte del alumno. El cuándo evaluar pasa por 3 momentos; evaluación inicial (principio de cursos), evaluación procesual (durante todo el curso) y evaluación final (fin de curso). A partir de estos tres momentos el profesor deberá ir viendo el progreso de sus alumnos modificando actividades, contenidos o la manera de abordarlos en función de las necesidades que vayan mostrando sus alumnos. Y, en cuando al cómo evaluar, el profesor tendrá que escoger las estrategias, técnicas e instrumentos de evaluación que mejor se adapten a sus alumnos y a su manera de impartir la material, algunas de las técnicas e instrumentos más utilizadas en la evaluación son; observaciones directas y sistemáticas de las actitudes, entrevistas, cuestionarios, listas de control, escalas de estimación, diario de clase, rúbricas, entre otros.




TDAH

El trastorno por déficit de atención y/o hiperactividad (TDAH), según Cardo y Severa (2005), es un ¨trastorno del comportamiento infantil de amplio sustrato biológico con base genética, en el que se encuentran implicados diversos factores neuropsicológicos que provocan alteraciones en la atención, la impulsividad y la sobreactivación motora¨.

He escogido esta ¨discapacidad¨ porque actualmente hay muchos niños que presentan este trastorno y muchas veces o no se lo diagnostican o se lo diagnostican y su única solución es suministrarle el medicamento para que esté tranquilo y ¨no moleste¨ en el aula, en vez de conocer sus necesidades y actuar sobre ellas para que el niño se desarrolle plena e integralmente.

Visto esto, pasamos a conocer un poco más en que consiste este trastorno.

A nivel anatómico, las personas que presentan este trastorno (la gran mayoría niños), no presentan ningún rasgo característico a nivel físico/corporal.

A nivel funcional y de restricción, las personas con TDHA presentan un patrón persistente de desatención y/o hiperactividad-impulsividad que suele aparecer antes de los 7 años y los síntomas deben darse en al menos 2 situaciones: escolar, familiar y/o laboral. Hay varios niveles, leve, moderado o grave, y esto va a influir en muchos aspectos de la vida diaria de la personas con este trastorno, como la realización de actividades concretas, prestar atención en ciertos momentos de su día a día, etc.

A rasgos generales puede presentar dificultades para seguir las instrucciones del profesor o cualquier otra persona, ser muy inquieto, requiriendo de momentos en los que el movimiento esté implicado, problemas para mantenerse atento o concentrarse en una cosa, ya que su cuerpo requiere de tanta actividad que se fija en varias cosas a la vez pero no es capaz de centrarse en una sola. Todo esto le dificulta, como hemos mencionado, la realización de determinadas actividades tanto escolares como personales, laborales o de su vida cotidiana.

En cuando a las medidas que podemos establecer para atender a las personas que presentan TDAH encontramos:

1.       A nivel general:

-        En los momentos de mayor nerviosismos, posibilitarle realizar actividades en las que el movimiento esté implicado.

-        Planificar los tiempos empleando, por ejemplo, un reloj de arena.

2.       A nivel educativo. Al tratarse de un alumno con necesidades específicas de apoyo educativo (ACNEAE), se le aplicarán medidas ordinarias tales como:

-        Se sentará en primera fila, para evitar distracciones.

-        Contará con la ayuda de un compañero-tutor.

-        Se le dará roles importantes en aquellos momentos en los que su nivel de activación y nerviosismo pueden ser más altos, como por ejemplo, ser el encargado de repartir material, organizar los grupos para salir al patio, etc.

-        Recibirá auto instrucciones y refuerzo positivo constante.

-        Se le aplicarán medidas de evaluación como las que se recogen en las instrucciones del 12 de diciembre de 2014 de la Comunidad de Madrid.

Vistas las medidas, me gustaría añadir que actualmente hay muchas entidades en Castilla y León centradas en trabajar el TDAH como son Federación de Castilla y León de Asociaciones de TDAH (FACYL-TDAH), Asociación arandina de TDA-H t TGD (A.A. TDAH y TGD), Asociación de Afectados por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad del Bierzo (ADAHBI), Asociación Vallisoletana de Afectados por TDAH (AVATDAH), Asociación Palentina de Afectados por TDAHS (TDA-D PALENCIA), entre otras. Para más información, se puede acceder al Portal de Salud de la Comunidad de Madrid. 

En conclusión el TDAH es un trastorno genético que según el nivel puede afectar más o menos a la vida cotidiana de las personas que lo padecen, por ello es imprescindible detectarlo cuanto antes, conocer las necesidades y comenzar a trabajar con esa persona aplicando las medidas de actuación que mejor se ajusten a sus características.

Por último, con respecto al apoyo documental empleado para el desarrollo del presente post, destacamos las siguientes fuentes:






Aportación en verso vía Rudyard Kipling

Siempre me han gustado la letras y nadie mejor que este poema de Rudyard Kipling (Cuando vayan mal las cosas) para mi aportación en verso:

Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
solo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber
pero mucho que pagar,
y precises sonreír
aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
¡pero nunca desistir!

Tras las sombras de la duda
ya plateadas, ya sombrías,
puede bien surgir el triunfo
no el fracaso que temías,
y no es dable a tu ignorancia
figúrate cuán cercano
pueda estar el bien que anhelas
y que juzgas tan lejano.

Lucha, pues por más que tengas
en la brega que sufrir,
cuando todo esté peor,
más debemos insistir.

Si en la lucha el destino te derriba,
si todo en tu camino es cuesta arriba,
si tu sonrisa es ansia satisfecha,
si hay faena excesiva y vil cosecha,
si a tu caudal se contraponen diques,
Date una tregua, ¡pero no claudiques!