domingo, 14 de noviembre de 2021

La práctica docente adecuada

 Una práctica docente adecuada es positiva para conseguir el máximo desarrollo de nuestros alumnos. Para mejorar esta práctica se pueden realizar diversas evaluaciones y autoevaluaciones tanto de la propia acción docente como del diseño de las propuestas/intervenciones llevadas a cabo en el aula. A través de estas evaluaciones y autoevaluaciones se pueden detectar dificultades o identificar ideas que mejoren nuestra futura práctica docente e intervenciones en el aula. 

Tal y como se precisa en el enunciado de la actividad, hay diversas formar de contribuir a la mejora de la práctica docente en cuanto al consenso de normas, motivación de los alumnos para participar y evaluar las competencias.

Comenzando con el consenso de normas, lo mejor es hacerlo de manera conjunta – alumnos y profesor- estableciendo entre todos las normas básicas de convivencia que han de seguir en el aula. Estas normas se definirán sin usar el término NO, evitando el efecto negativo y contrario a lo que buscamos, y se posicionarán en un lugar al que todos tengan acceso y puedan consultar las veces que necesiten las normas establecidas. De esta manera se genera un compromiso entre todos, consiguiendo que los alumnos se comporten decentemente y que el profesor tenga un mayor control en el aula y, por consiguiente, se vea beneficiada su práctica docente.

Con respecto a la motivación de los alumnos para su participación en el aula, el profesor tiene que conseguir emplear recursos llamativos y atrayentes, que consigan captar la atención de los alumnos, logrando, poco a poco, esa mayor emoción de cara al aprendizaje. Además, también es interesante que el profesor ajuste el contenido a los intereses y motivaciones de sus alumnos, que las actividades o experiencias con los alumnos estén basadas en su realidad más cercana, ya que de esta manera los alumnos mostraran más interés por conocer los contenidos y si además ven su utilidad en su vida diaria, lo adquirirían de una manera más sencilla y significativa.

Y, por último, en cuanto a cómo evaluar competencias, lo primero que tiene que tener en cuenta el profesor es qué la evaluación debe ser continua, sistemática y flexible y saber qué, cuándo y cómo evaluar. 

En lo que respecta a qué evaluar, el profesor tendrá que establecer un criterios de evaluación y unos estándares de aprendizaje que le sirvan de guía para llevar un control en la evolución y la adquisición de las competencias por parte del alumno. El cuándo evaluar pasa por 3 momentos; evaluación inicial (principio de cursos), evaluación procesual (durante todo el curso) y evaluación final (fin de curso). A partir de estos tres momentos el profesor deberá ir viendo el progreso de sus alumnos modificando actividades, contenidos o la manera de abordarlos en función de las necesidades que vayan mostrando sus alumnos. Y, en cuando al cómo evaluar, el profesor tendrá que escoger las estrategias, técnicas e instrumentos de evaluación que mejor se adapten a sus alumnos y a su manera de impartir la material, algunas de las técnicas e instrumentos más utilizadas en la evaluación son; observaciones directas y sistemáticas de las actitudes, entrevistas, cuestionarios, listas de control, escalas de estimación, diario de clase, rúbricas, entre otros.




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